Lealtad es el principal concepto que identifica y caracteriza la historia del peronismo. Traición, su contraparte. En el movimiento justicialista se está de un lado del mostrador o del otro; según quien juzgue. Perón tuvo su Día de la Lealtad el 17 de octubre de 1945, la mayor expresión popular en favor del líder. Después del 1 de julio de 1974; todo dirigente peronista que cree portar el bastón de mariscal aspira a tener su propia jornada de gloria personal; similar a la del 45.
En este tiempo electoral, hay quienes buscan asegurarse lealtades que garanticen un buen desempeño en los comicios; y también hay dirigentes dispuestos a ofrecer y canjear lealtades. Y el peronismo va dividido, con dos opciones para alinearse.
En esa dirección y con diferencia de tan solo 48 horas, el gobernador, Juan Manzur, y el senador José Alperovich van a generar esta semana sendos hechos políticos; en los que expondrán quiénes serán sus compañeros de ruta en la disputa por el poder el 9 de junio. Es decir, van a mostrar a los leales.
Las presencias en uno u otro lado hablarán de las fidelidades al hombre y las ausencias -como no puede ser otra manera de interpretarse en el peronismo- de supuestas traiciones. O de puertas abiertas para futuras negociaciones, o seducciones. Lo central en ambos casos pasará por presentar al “ejército” con el que contará cada uno para la lucha por la gobernación, que pinta despiadada, y polarizada.
Manzur encabezará una ceremonia partidaria el jueves a las 18 en la sede del PJ; mientras que Alperovich usará el festejo de su cumpleaños 64, el sábado en Yerba Buena, como excusa para decir este es mi equipo.
Dos maneras de generar hechos políticos con la misma intención: ganar centralidad.
El jueves, el titular del Poder Ejecutivo asumirá la conducción del Partido Justicialista junto al resto de los integrantes del consejo provincial, entre ellos el vicegobernador Osvaldo Jaldo, Regino Amado, Pablo Yedlin, Fernando Juri, Juan Antonio Ruiz Olivares y Roque Alvarez. Se cumplirá con la formalidad partidaria pero, además, se aprovechará la ocasión para que los partidos que vayan a acompañar la fórmula Manzur-Jaldo suscriban los respectivos documentos como futuros acoples. Se estima que serán entre 30 y 40 rúbricas. El valor político del acontecimiento -y lo que más interesa al oficialismo-, pasa por demostrar la fortaleza territorial del Frente Justicialista por Tucumán (FJT). Por eso, las presencias y las ausencias dirán mucho en la sede del PJ, la columna vertebral de la coalición.
Alperovich, igualmente, reunirá -según se deslizó en su entorno- a 300 personas para soplar la velitas pero, por sobre todo, para destacar quiénes están en “Hacemos Tucumán”, de cara a los comicios de junio. “Habrá algunas sorpresas, y otras presencias que, a esa altura, no lo serán tanto”, confió uno de los seguros invitados a la celebración.